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 UNFPA, el Fondo de Población de las Naciones Unidas, celebra el heroico trabajo, encaminado a salvar vidas, que las parteras llevan a cabo día cada día, a menudo en circunstancias difíciles. Gracias a las parteras, cada año millones de mujeres pueden ejercer su derecho a recibir servicios de salud sexual y reproductiva, incluida la planificación familiar voluntaria. Estos servicios ayudan a garantizar embarazos seguros y deseados, además de nacimientos sin riesgos.

Sin embargo, en América Latina y el Caribe, son demasiadas las mujeres que aún carecen de acceso a estos servicios. Como resultado de ello, cada año más de 7,300 mujeres mueren durante el embarazo y el parto, alrededor de 1 millón de mujeres no da a luz en instituciones de salud y 2 millones de recién nacidos no reciben el tratamiento necesario para evitar complicaciones.

Las parteras profesionales salvan vidas y contribuyen  a evitar aproximadamente dos tercios de todas las muertes maternas y neonatales, según el informe “El Estado de las Parteras en el Mundo”más reciente. También podrían prestar el 87% de los servicios de salud sexual, reproductiva, materna y neonatal esenciales.

UNFPA apoya firmemente la capacitación y el trabajo de las parteras en más de 100 países. Desde el año 2009, ha trabajado con diversos socios para apoyar a más de 600 escuelas de partería, a través de las cuales se ha formado a más de 80,000 parteras. También hemos ayudado a fortalecer a asociaciones de partería nacionales en 75 países y a mejorar el marco normativo para la práctica de la partería con el objetivo de garantizar la rendición de cuentas.

Según Alma Virginia Camacho, Asesora Regional de Salud Sexual y Reproductiva de UNFPA para América Latina y el Caribe, “UNFPA centra sus intervenciones apoyando el desarrollo  y fortalecimiento de la partería profesional en la región. Invertimos en la formación profesional basada en competencias,  promulgadas por la Confederación Internacional de Matronas (ICM);  acompañamos el proceso de desarrollo de marcos regulatorios sólidos para garantizar servicios de calidad; promovemos el liderazgo y formación de parteras profesionales jóvenes y priorizamos el fortalecimiento de plataformas regionales de partería profesional como son la Federación Latinoamericana  de Obstetras (FLO) y la Asociación de parteras del Caribe (CRMA por su sigla en inglés).”

Por su parte, Javier Domínguez, Oficial de Programas de Salud Sexual y Reproductiva de UNFPA en México, indica que el verdadero reto para nuestra región está en lograr trabajar de manera holística en los cuatro componentes de manera simultánea. “De nada nos sirve formar a las parteras si no hemos alineado políticas públicas que permitan contratarlas con un salario digno, o sin tener la infraestructura necesaria para que puedan trabajar, o incluso sensibilizar a la comunidad para que quiera ser atendida por las parteras.”

Ana Labandera, Jefa de Departamento Obstétrico del Hospital de la Mujer de Montevideo Uruguay, destaca que algunos desafíos regionales en el tema de partería profesional giran en torno a “trabajar fuertemente desde todos los referentes profesionales tales como asociaciones y colegios de la región, en regular la habilitación de la práctica profesional ampliada para tener una práctica más holística, de acuerdo a las necesidades de la etapa vital de la mujer.”

El Estado de la Partería en América Latina y el Caribe

En América Latina y el Caribe es evidente el interés y la voluntad de todos los sectores involucrados de vincular la partería profesional y las  estrategias y provisión de servicios  de salud sexual y reproductiva, incluida la  salud materna y neonatal.

Estos esfuerzos se han centrado en la mayoría de los países de la Región incluido Brasil, Uruguay, Argentina, Chile, Bolivia, Ecuador, Paraguay, Barbados, Trinidad y Tobago, Guyana, Belice, Jamaica entre otros.  UNFPA y la Universidad de Chile a través de la  Escuela de Obstetricia y Reprolatina están implementando un programa regional para mejorar las competencias de proveedores de salud,  especialmente matronas, relacionadas a la  prestación de servicios en salud reproductiva incluida la planificación familiar y consejería.

En México, actualmente se están desarrollando dos programas diseñados para incrementar los servicios de salud materna y su calidad. El programa de “Fortalecimiento integral de la partería” es apoyado por la Fundación Mac Arthur y tiene como propósito fortalecer integralmente, en el ámbito estatal, los servicios de partería, aprovechando las capacidades de las parteras técnicas, profesionales y enfermeras obstetras, y articulando más eficiente y efectivamente su trabajo con el de otros recursos humanos, como el personal médico y el personal comunitario, incluyendo las parteras tradicionales.

La oficina regional de UNFPA de América Latina y el Caribe contribuye con asistencia técnica para el fortalecimiento de la partería profesional en México en colaboración con la ICM y la red de parteras profesionales de la región en las áreas de educación, regulación, y asociación profesional. Por otra parte, el “Proyecto para el fortalecimiento en los programas de formación de parteras profesionales en estados seleccionados” es una iniciativa apoyada por Johnson & Johnson México.

En Haití, por ejemplo, ha identificado que necesita 2000 parteras para brindarles la atención y el servicio a las mujeres en edad reproductiva. En este momento cuentan con unas 200 parteras que están trabajando en las instituciones de salud. UNFPA está brindándole al sistema de salud el apoyo que requiere para llegar a esa meta, siendo el único donante con el que cuenta el Instituto Nacional de Partería, aparte del gobierno.

En el 2016 se graduaron 76 estudiantes de la Escuela de Partería, un recurso valioso para los centros maternos y las comunidades que buscan mejorar el cuidado y la atención e incrementar el índice de partos institucionales, atendidos por personal calificado.

EnTrinidad y Tobago, UNFPA también trabaja muy de cerca con la Asociación de Parteras y la Asociación Regional de Parteras del Caribe, brindando asistencia en el fortalecimiento de capacidades en la formación centrada en competencias,  en temas de abogacía para la formulación de políticas públicas y la formación de parteras jóvenes líderes.

En Guyana, las comunidades más alejadas son las que más se benefician de tener una partera calificada, como es el caso de la enfermera obstetra Patricia Achee Grimmond, de Lethem Region 9. En esta comunidad, Patricia vela por la salud y el bienestar de uno de los grupos más vulnerables, las mujeres, adolescentes y niños indígenas. “En esta área los recursos son limitados y el terreno es de difícil acceso,” señala Achee Grimmond.

Sin embargo, Patricia inició su carrera como partera hace más de 25 años y ha continuado trabajando para su comunidad a pesar de las condiciones difíciles, asegurándose de que sus pacientes y las mujeres embarazadas reciban el servicio de calidad que se merecen, haciendo el esfuerzo que sea necesario cuando se requiera.

En Bolivia, por su parte, cuenta con 200 parteras, mejor conocidas como enfermeras obstetrices. En esta nación suramericana las parteras profesionales son licenciadas en enfermería obstetriz, y son expertas en salud sexual y reproductiva y en atención en salud intercultural.

Su misión principal es brindar una atención de calidad a mujeres indígenas bolivianas, durante el embarazo, el parto y el posparto. Ellas no esperan a sus pacientes en el centro de salud, se desplazan a comunidades remotas, aunque ello implique caminar hasta más de cinco horas. En su recorrido por las comunidades, programan además actividades de prevención a través de ferias informativas, charlas de sensibilización y visitas a los colegios para prevenir embarazos en la adolescencia.

En Brasil, UNFPA, en colaboración con el Ministerio de Salud y la Asociación Brasileña de Parteras y Enfermeras Obstétricas (ABENFO), desarrolla el proyecto "Calificación de la Atención Obstétricas y Neonatal en Hospitales con Actividades de Enseñanza", dedicado a calificar los procesos de atención, gestión y formación relacionada con el parto, nacimiento y el aborto seguro en los hospitales con actividades de enseñanza, en base a evidencias científicas, la humanización, la seguridad y la garantía de derechos.

UNFPA también promueve y da visibilidad a la labor de las parteras y profesionales de partería. Actualmente está brindando asistencia técnica en la  la publicación sobre los 10 años de la carrera de obstetricia de la Universidad de Sao Paulo, que será lanzada a mediados de este año.

En Belize, UNFPA ha realizado un trabajo integral a través de capacitaciones en calidad de servicios de atención maternal y neonatal, en el que se ha trabajado de la mano con autoridades locales y las comunidades para lograr la reducción de mortalidad materna a cero en el 2011 y 2013. Se han incrementado las capacidades dentro del programa de entrenamiento en obstetricia, neonatología y planificación familiar para doctores y parteras.

En Ecuador, UNFPA, apoyó al Ministerio de Salud Pública, MSP, en el fortalecimiento de las capacidades de las y los promotores de salud, quienes son el primer punto de contacto entre la comunidad y el personal de salud. “El MSP y UNFPA  han jugado un papel fundamental porque a través de capacitaciones, hemos aprendido a detectar las principales señales de peligro durante el embarazo y qué se debe hacer”, indica Margarita Mamallacta, partera y promotora de salud de la provincia de Sucumbíos.

Por su parte, Mario Vergara, representante de UNFPA en Ecuador, señala que “Ecuador cuenta con un Plan Nacional de Salud Sexual y Reproductiva, y uno de sus lineamientos esenciales es el fortalecimiento de la práctica de la obstetricia, vinculándola con la academia y fortaleciendo las carreras de Obstetricia. Su práctica salva a diario muchas vidas.”

Con el mejoramiento de los servicios de partería impulsados en estos proyectos a nivel regional, se contribuye a impulsar el ejercicio de los derechos reproductivos, mediante el acceso universal de mujeres en etapas pre gestacional, embarazo, parto, puerperio y neonatal, a servicios de partería respetuosos y de calidad; y contribuir a reducir la morbimortalidad materna y perinatal, con un enfoque de interculturalidad, priorizando grupos de alta marginación y de riesgo.