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Declaración de la Directora Ejecutiva del UNFPA, Dra. Natalia Kanem

Parteras: Heroínas en la primera línea de la crisis climática global 

En estos momentos, en todo el mundo, millones de vidas están en manos de las parteras. Ya sea atravesando las aguas de las inundaciones para llegar hasta las mujeres embarazadas o atendiendo partos entre los escombros de un terremoto, las parteras son las heroínas anónimas de los servicios sanitarios comunitarios. Gracias a ellas, los partos son más seguros. La atención a la salud sexual y reproductiva que prestan está más en sintonía con las necesidades, los deseos y las prácticas culturales locales de las mujeres.
 
Cuando estalla una crisis, las parteras suelen ser las primeras en llegar, sobre todo en comunidades remotas. Saben que los bebés llegan sean cuales sean las circunstancias de una mujer en edad fértil, tanto si está descansando en casa como si huye a causa de un conflicto o una catástrofe.

Cada dos minutos, muere una mujer o una niña en algún lugar del mundo debido al embarazo, el parto o sus secuelas. Y ahora, el cambio climático amenaza con empeorar la situación. El aumento de las temperaturas complica los embarazos y puede provocar partos prematuros y abortos espontáneos. Las inundaciones repentinas pueden arrasar las carreteras e imposibilitar el acceso a los centros de salud. Los fenómenos meteorológicos extremos exponen a las mujeres y las niñas a un mayor riesgo de desplazamiento, matrimonio infantil y forzado, y pueden arrebatarles sus medios de subsistencia.

Las parteras son fundamentales para superar estos retos: Pueden prestar hasta el 90% de los servicios esenciales de salud sexual y reproductiva y aportar su experiencia y asesoramiento a las mujeres allí donde se encuentren.

Sin embargo, sigue habiendo una profunda escasez mundial de alrededor de un millón de parteras. Sus condiciones de trabajo pueden ser arduas, lo que disuade a muchas de incorporarse a la profesión. La abierta discriminación de género contra esta mano de obra mayoritariamente femenina también se ha traducido en bajos salarios, escasas oportunidades de ascenso y denuncias de acoso sexual en el trabajo.

Sin una ampliación significativa de la partería, más mujeres morirán durante el parto. Millones de historias no tendrán heroínas, sino que acabarán en tragedia.

En este Día Internacional de la Partera, mientras celebramos sus innumerables logros, escribamos un nuevo relato en el que nos comprometamos a apoyar la profesión de la partería y a abordar el déficit mundial de recursos para la salud materna. El empeoramiento de la crisis climática hace que la necesidad de paretras sea más urgente que nunca. Ahora es el momento de actuar.