Distinguidos representantes del Gobierno de Bolivia, estimados embajadores y miembros del cuerpo diplomático, queridos colegas del Sistema de Naciones Unidas y representantes de cada una de las agencias del sistema, representantes de la sociedad civil, organizaciones y movimientos sociales, estimados representantes de los colectivos feministas, amigas y amigos:
Quiero comenzar expresando mi más sincero agradecimiento al Gobierno de Bolivia por su hospitalidad y por permitirnos continuar siendo parte del desarrollo de este gran país. Tras tres décadas transcurridas, retorno a Bolivia, un país al que desde siempre he tenido gran cariño y admiración por la calidez de su gente y la riqueza intercultural que inspira y que además se respira a cada paso.
Así de inspirador es encontrarnos con fechas como la de mañana 11 de octubre cuando conmemoramos el Día de la Mujer Boliviana, cuyas connotaciones son importantes. Fue la primera mujer expresidenta de Bolivia, Lidia Gueiler Tejada quien aprobó un Decreto Supremo instituyendo el 11 de octubre como el día de la mujer boliviana en honor al nacimiento de la escritora cochabambina, Adela Zamudio.
¿Quién fue Adela?, fue escritora, artista, maestra y luchadora de ideas progresistas, defensora de los derechos de la mujer y una figura trascendental en el siglo XIX, en un contexto dominado por los hombres y donde el rol de subordinación le era asignado a la mujer en todas sus facetas. Una de sus obras “Nacer hombre” es una clara denuncia a la arbitrariedad del privilegio masculino. Son los privilegios, las normas sociales de género, las desigualdades, las que todavía persisten e impiden que las mujeres tengan autonomía corporal, libertad de decisión sobre su propia vida, sobre su salud y explícitamente sobre su salud sexual y reproductiva.
Desde el UNFPA, tenemos una misión clara y urgente: reducir la mortalidad materna, garantizar el acceso universal a la salud sexual y reproductiva, y promover el bienestar de la población. En Bolivia, la mortalidad materna sigue siendo un desafío significativo, con una razón de muerte materna 160 muertes por cada 100,000 nacidos vivos. Esto nos impulsa a redoblar esfuerzos para fortalecer los sistemas de salud, especialmente en las comunidades rurales y más vulnerables. Aspiramos a un país donde ninguna madre pierda la vida al dar a luz y donde cada mujer, joven y adolescente pueda ejercer sus derechos sexuales y reproductivos de manera plena y segura.
La salud sexual y reproductiva es un pilar fundamental para garantizar la equidad de género y el bienestar de las mujeres. Aún enfrentamos importantes brechas en el acceso a métodos anticonceptivos y a la educación integral en sexualidad, que son esenciales para prevenir embarazos no deseados y asegurar que cada mujer tenga la libertad de decidir sobre su cuerpo y su futuro.
Asimismo, quiero destacar la importancia de los censos, una herramienta esencial para el diseño de políticas públicas efectivas. Contar con datos precisos y actualizados sobre el volumen, la composición, la estructura, la ubicación y condiciones en las que viven las poblaciones, nos permite conocer mejor sus necesidades e identificar ajustes a las políticas públicas para potenciar su contribución al desarrollo nacional y de sus comunidades. El censo es fundamental para avanzar en la mejora de la calidad de vida de todos los bolivianos y para cumplir con nuestro compromiso de no dejar a nadie atrás. Gracias por permitirnos aportar en este proceso.
No puedo dejar de reconocer el incansable trabajo y profesionalismo del equipo de UNFPA en Bolivia. Durante más de 30 años, han mostrado un compromiso extraordinario con el desarrollo de este país, logrando avances significativos en cada rincón del país. Quiero agradecer especialmente el liderazgo de Rolando, quien, como adjunto del UNFPA, ha sido una pieza clave en nuestros esfuerzos. Estoy seguro de que seguiremos trabajando juntos, con el mismo empeño, para enfrentar los desafíos y alcanzar nuestras metas.
Quiero reafirmar nuestro compromiso de trabajar en estrecha colaboración con nuestras agencias hermanas del sistema de Naciones Unidas. Juntos, unimos esfuerzos para hacer de Bolivia un país aún más próspero y equitativo, donde el desarrollo sea inclusivo y no se deje a nadie atrás, empezando por aquellos que están más rezagados.
Como representante del UNFPA, he tomado la determinación de hacer de esta hermosa tierra mi hogar durante los próximos cuatro años. En esta misión, cuento con la fortuna de tener a mi lado a mi mejor aliada, mi esposa Fabiola, una mujer profesional y apasionada por los derechos humanos. Juntos, nos sentimos parte de esta gran familia que es Bolivia, y nos comprometemos a trabajar de la mano con todos ustedes por el bienestar de cada boliviana y boliviano.
Reafirmo que, así como seguramente Adela Zamudio en un contexto adverso trabajó por promover cambios y soñó lograr transformaciones que permitan a las mujeres ejercer sus derechos, así también nosotros desde el UNFPA estamos seguros que sí es posible lograr que cada embarazo sea deseado, cada parto sea seguro y cada persona joven alcance su pleno desarrollo.
Les agradezco de nuevo por la cálida bienvenida y espero que esta etapa esté marcada por una colaboración fructífera, por logros compartidos y, sobre todo, por un futuro mejor para el pueblo boliviano.
Muchas gracias.
Pablo Salazar Canelos
Representante del Fondo de Población de las Naciones Unidas - UNFPA
La Paz, 10 de octubre 2024
Fotos: CINU, UNFPA Bolivia, Wikipedia.
Álbum de fotos: Flickr