La Prensa 17/3/2025.- En febrero pasado se conoció el caso de una adolescente de 13 años embarazada. Su pareja es un niño de 14 años y los padres autorizaron que se “junten”. En medio de la discusión de una Interrupción Legal del Embarazo (ILE), el bebé nació prematuramente y no sobrevivió. En Bolivia, se mantiene la tasa de embarazos en menores de 15 años e incluso hay un “ligero aumento”, muy distinto al grupo de 15 a 19 años.
“El grupo en el que más disminuye, evidentemente, es el de 15 a 19 años, ya que la mayoría de las reducciones ocurren en este rango, donde se concentraron las estrategias de educación sobre sexualidad y la promoción de métodos de planificación. Sin embargo, lo que más nos preocupa es el embarazo en menores de 15 años que no disminuyó. Hay niñas, de 10 a 14 años, que deberían estar protegidas, principalmente, por el Estado”, señaló Pablo Salazar, representante del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA) en Bolivia.
Con base en los datos del Servicio Nacional de Información en Salud y Vigilancia Epidemiológica (SNIS-VE), del Ministerio de Salud, entre 2015 y 2023, el número total de embarazos en adolescentes de 10 a 19 años disminuyó de 82.416 a 32.660.
Esta reducción indica un cambio positivo, que puede atribuirse a diversas intervenciones en salud y educación integral de la sexualidad, así como el potencial impacto de las políticas de salud implementadas, señala el representante del ente poblacional de la ONU.
Pero los datos del SNIS indican que, en 2023, hubo 1.302 embarazos en menores de 15 años, es decir, cada día se reportó, entre tres y cuatro embarazos. Los datos de 2024 aún no fueron consolidados y se prevé contar con datos actualizados en septiembre cuando se presente el resultado de la Encuesta de Demografía y Salud (EDSA).
La proporción de embarazos en adolescentes de 10 a 14 años se ha mantenido relativamente estable, aunque con un ligero aumento de 5,18% en 2018 a 6,38% en 2023. “Este aumento es preocupante ya que los embarazos en esta franja etaria son más complejos y presentan mayores riesgos para la salud de las adolescentes”, afirma Salazar.
El informe Defensorial Sueños Interrumpidos, de 2024, establece que en 2022 se identificaron 10 municipios con más de 35 embarazos, entre ellos están cinco del área rural: Riberalta, Montero, Guayaramerín, San Borja y San Ignacio de Velasco.
Según Salazar, la gran mayoría de los embarazos en este grupo no es producto de relaciones consensuadas sino de abuso sexual. Considera que es necesario trabajar para fortalecer los marcos legales que eviten esta práctica; y lo segundo es trabajar más en la valoración de las niñas. “Una comunidad no debería tolerar que una niña de 10 años, 11 años, 12 años sea abusada sexualmente”, observó.
Escrito por Aleja Cuevas, periodista La Prensa.