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Bolivia ante el desafío del bono demográfico: una oportunidad que no puede esperar

Bolivia ante el desafío del bono demográfico: una oportunidad que no puede esperar

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Bolivia ante el desafío del bono demográfico: una oportunidad que no puede esperar

calendar_today 22 Abril 2025

Pablo Salazar Canelos, Representante de UNFPA en Bolivia fue parte de la II Cumbre Empresarial para la Aceleración de los ODS.
Pablo Salazar Canelos, Representante de UNFPA en Bolivia fue parte de la II Cumbre Empresarial para la Aceleración de los ODS.

Santa Cruz de la Sierra.- En el marco de la II Cumbre Empresarial para la Aceleración de los ODS, organizada por Pacto Global Red Bolivia y ONU Bolivia, el Representante del Fondo de Población de las Naciones Unidas - UNFPA, Pablo Salazar Canelos, presentó un análisis clave sobre los cambios demográficos en Bolivia y los retos estructurales que enfrenta el país para aprovechar su actual bono demográfico.

Desde una mirada de economía intergeneracional, Salazar explicó cómo la estructura poblacional de Bolivia ha transitado en las últimas décadas. En 1960, la baja proporción de niñas y niños estaba estrechamente vinculada con la alta mortalidad infantil. Para el año 2000, se evidenció un crecimiento paulatino de la población infantil y adolescente, pero con una limitada capacidad de generación de ingresos debido a una población adulta económicamente activa aún reducida.

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Hoy, Bolivia se encuentra en una fase demográfica privilegiada dada por el potencial del bono demográfico, donde la proporción de personas en edad productiva supera a la de menores y adultos mayores (denominada dependiente). “Es una ventana de oportunidad que no se puede desaprovechar”, afirmó Salazar. De cara a 2030, el país verá un crecimiento sostenido del grupo etario entre 20 y 29 años, consolidando a los jóvenes como el motor de desarrollo económico. Para 2060, serán los adultos quienes mantendrán este impulso.

Sin embargo, esta ventaja demográfica enfrenta desafíos estructurales. Uno de los más urgentes es el acceso desigual al mercado laboral. Actualmente, el 17,8% de las mujeres adolescentes y jóvenes no estudian ni trabajan, muchas de ellas debido a que realizan labores de cuidado no remunerado, lo que limita profundamente su autonomía y desarrollo personal.

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“La estructura de cuidados en Bolivia impide que muchas mujeres accedan al sector productivo”, advirtió Salazar. El 84% de las mujeres y el 83% de los hombres trabajan en sectores informales, sin acceso a seguridad social, ni al sistema de pensiones.

El análisis presentado también puso en evidencia las pérdidas económicas por desigualdad de género y prácticas nocivas. Según el estudio Milena (2024), una mujer que ha tenido un embarazo adolescente puede perder hasta 60.000 dólares a lo largo de su vida debido a la interrupción de su educación, desarrollo profesional y oportunidades laborales. “Son pérdidas irreversibles que afectan no sólo a la persona, sino al desarrollo del país”, subrayó Salazar.

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El Representante de UNFPA también planteó la necesidad de repensar el financiamiento intergeneracional a través de tres actores clave: Los hogares, que asumen gran parte de las transferencias económicas para niños y adultos mayores; el Estado, que debe fortalecer los sistemas de salud, educación y seguridad social; y el sector privado, a través del impulso a la inversión y el ahorro a largo plazo.

“Bolivia puede lograr un superávit para la inversión si logra integrar plenamente a su población joven y femenina al desarrollo productivo”, concluyó Salazar. La evidencia es clara: el bono demográfico es una oportunidad única, pero su aprovechamiento exige políticas públicas en educación, salud, salud sexual y reproductiva, y empleo, sistemas de cuidado dignos, igualdad de género y una apuesta decidida por el bienestar de las nuevas generaciones.

Informes: Rigliana Portugal rportugal@unfpa.org

Fotografías: ©ONU Bolivia, ©FabyJourney