La pasada semana se realizó el lanzamiento de la campaña "Rompiendo el silencio contra la violencia sexual", un esfuerzo interinstitucional con la participación de la Gobernación, Gobierno municipal de Sucre, Universidad San Francisco Xavier, Dirección Departamental de Educación, Red de Lucha Contra la violencia hacia la mujer, Centro Juana Azurduy, con el apoyo de UNFPA.
La violencia sexual contra niñas y adolescentes es una de las violaciones de derechos humanos más prevalentes. En 2021, la Fiscalía ha registrado 2.007 casos de violación de infante, niño, niña o adolescente, es decir, 167 casos por mes, 5 casos por día. La pandemia por COVID-19 ha evidenciado, más que nunca, que las niñas y adolescentes corren riesgo en sus propios hogares, cuyos perpetradores son familiares o personas cercanas al entorno familiar.
En Bolivia, en la gestión 2021, se registraron más de 38 mil embarazos en niñas y adolescentes, 105 embarazos por día. En el caso de los embarazos en menores de 15, que sumaron 2.329, es decir, 6 embarazos en niñas por día, en la mayoría de los casos fueron resultado de violencia sexual. Un embarazo a tan temprana edad pone en riesgo la vida y la salud de la niña, con consecuencias que afectan su desarrollo a lo largo de su vida.
El UNFPA hace un llamado a la sociedad y al Estado para desnaturalizar estas formas de violencia y prácticas nocivas contra niñas y adolescentes, involucrando en los procesos de prevención a los hombres, impulsando la construcción de nuevas masculinidades positivas, no machistas, no violentas.
La evidencia a nivel mundial demuestra que la educación integral de la sexualidad, dentro y fuera de la escuela, es una de las herramientas más eficaces para la prevención. Una formación en valores de convivencia, de respeto, de autocuidado, por ejemplo, son fundamentales en la casa, en el colegio, en el ámbito público y privado.
Por lo expuesto en los datos arriba mencionados, se puede afirmar que este tipo de alianzas locales y nacionales son muy importantes para lograr los objetivos en la reducción de casos de violencia hacia la niñez en Bolivia.