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En el marco de la semana de prevención del embarazo en adolescentes que se lleva a cabo desde este lunes;  y, sobre todo, ante la cantidad alarmante de menores gestantes, el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) hace cinco recomendaciones para reforzar los mecanismos que permitan evitar que los casos se incrementen en el territorio nacional.

El embarazo en niñas y adolescentes en Bolivia presenta datos muy preocupantes. Según los datos del Sistema Nacional de Información en Salud (SNIS), en 2020, se registraron 39,999 embarazos en adolescentes; 2.170 en menores de 15 años (promedio de 6 por día) y 37.829 en adolescentes de 15 a 19 años (promedio de 104 por día).

Ante ese panorama desalentador, el UNFPA concibe la necesidad de mejorar la atención de los servicios a la población adolescente y definir una política integral de prevención de los embarazos en menores de edad, en el que participen activamente los diferentes niveles gubernamentales, el sistema de salud, las unidades educativas; así como el núcleo familiar y afectivo de este grupo etario. 

El UNFPA reconoce el trabajo que lleva adelante el Ministerio de Salud en la elaboración de estrategias para brindar información sobre salud sexual y reproductiva, métodos anticonceptivos, como una manera de prevenir los embarazos no deseados, evitar la deserción escolar, la exclusión social, pobreza, entre otras consecuencias funestas para adolescentes.

El UNFPA recomienda fortalecer cinco líneas de acción para la prevención del embarazo en adolescentes, todavía en contexto de pandemia por COVID-19:

 

  1. Los gobiernos municipales deben asegurar la inversión local para la oferta de servicios de Atención Integral a Adolescentes (AIDA), para el cuidado de su salud integral, incluida su salud sexual y reproductiva.
  2. Mejorar la calidad y calidez de la atención a adolescentes en los establecimientos de salud, a través de la capacitación al personal, la aplicación de protocolos específicos, la disponibilidad de insumos anticonceptivos y suministros esenciales en salud sexual y reproductiva, así como la referencia a servicios especializados en los casos en que así se requiera.
  3.  Mejorar la coordinación intersectorial en salud, protección (SLIM y DNA), justicia y educación, para la atención de casos de embarazo en niñas y adolescentes como consecuencia de la violencia sexual.
  4. Mejorar los registros administrativos para contar con datos confiables y actuales sobre el embarazo en niñas y adolescentes para la toma de decisiones en base a la evidencia.
  5. Desarrollar estrategias para implementar la educación integral de la sexualidad dentro y fuera de las unidades educativas, en el contexto actual de la pandemia, para que las y los estudiantes cuenten con herramientas e información para una vida y salud plenas. Se debe involucrar, cada vez más, a la comunidad y a las familias para cambiar aquellas creencias y normas culturales que fomentan prácticas nocivas como la naturalización de un embarazo a temprana edad o las uniones tempranas forzadas.

Semana de prevención de embarazos en adolescentes

Septiembre es el mes de la juventud, un momento que debe servir para reflexionar sobre sus sueños y sus proyectos de vida, que muchas veces son truncados por un estado de gravidez no deseado que pondría en riesgo sus metas. Por ello, UNFPA se suma a la semana de prevención del embarazo en adolescentes, una iniciativa que promueve acciones para prevenir la gestación precoz en niñas y adolescentes en todo el país

Desde el lunes 27, se realizó una gran movida en todo el territorio nacional que contemplará diversos eventos de sensibilización sobre la necesidad de prevenir los embarazos tempranos y el impacto que tienen en la vida de las jóvenes; además de campañas de información y prevención, en todo el país, bajo el liderazgo de los gobiernos departamentales y municipales.

Según los datos del Ministerio de Salud (SNIS), en 2020, se registraron 39,999 embarazos en adolescentes, un promedio de 109 casos por día; 2.170 fueron en menores de 15 años (6 por día) y 37.829 en adolescentes de 15 a 19 años (104 por día). Las cifras son preocupantes considerando que un embarazo a temprana edad tiene implicaciones dramáticas para las y los adolescentes, como la deserción escolar, los matrimonios forzados, entre otras. Según datos de la Encuesta de Demografía y Salud (EDSA 2016), solo el 26,1% de las adolescentes madres asiste a la escuela, a un instituto superior o universidad.