La protagonista de esta historia trabaja y vive desde hace mucho tiempo en Trinidad, capital del Beni. La Santísima Trinidad, es una ciudad boliviana, la más poblada del depratamento del Beni, según el Censo del 2012. El clima en la ciudad se caracteriza por días cálidos y también nublados, alcanzado desde los 17º C hasta los 33º C, por ello los inviernos son más cómodos para la gente que no es del medio.

Para Jossie Mendoza, licenciada en Ciencias de la Educación y actual presidenta del Colectivo Diversidades Sexuales y de Género (DSG) del Beni, nada es un obstáculo para salir adelante, por el contrario, es un impulso que la mueve a salir cada día de su casa. “Ocupar un cargo como éste, conlleva un gran compromiso de vida por los demás” afirma con la convicción de que no está dispuesta a permitir que más personas pasen lo que ella pasó cuando decidió cambiar su corporalidad y revelarse al mundo.

“Me levanto cada mañana extendiendo las manos como si quisiera darme impulso y fuerzas para un nuevo día. Me aseo, me miro al espejo, me arreglo el cabello, escojo la ropa que llevaré puesta y me hago un delicioso desayuno. Mientras bebo mi refresco y saboreo el horneado que compré, hago mentalmente una lista de pendientes y las nuevas tareas por resolver y me digo a mí misma que éste es un nuevo día, una nueva posibilidad de apoyar y encontrar salidas”, relata Jossie.

Cuando le preguntamos si quería compartir su historia de vida, ella no dudó ni un instante en aceptar esta petición ya que como parte del Colectivo TLGB, considera importante visibilizar las historias que cada una tiene en la vida porque solo así se conoce la realidad de la cual forma parte. Jossie nos cuenta que desde pequeña siempre supo que era diferente y a medida que fue creciendo, los cambios que sufría su cuerpo la llevaban a amarse como persona, pero no fue así ante los ojos de la sociedad. Felizmente recibió el apoyo de su familia y sus amistades que poco a poco fueron aceptando sus cambios y su forma de enfrentar la vida. Sin embargo, esto no fue así en otros espacios.

Ella recuerda que en el colegio evangélico donde estudió, hizo carne del bullying homofóbico, sobre todo de los chicos de grados superiores y también de algunos profesores, en especial en religión y psicología que consideraban la homosexualidad como un pecado y así se lo hacían saber, mirándola de forma despectiva en clases. Cuando fue al cuartel, la cosa fue peor, sufrió acoso sexual y violencia física, nos cuenta con tristeza.

Cada experiencia vivida es una nueva batalla, como la que tuvo que enfrentar al visitar a un amigo en la cárcel. Al momento del registro y la revisión, antes del ingreso, la policía se negó a revisarla, pese a que es un requisito para el ingreso. Cuando Jossie le preguntó por qué no lo haría, la autoridad le increpó y mirándola de pies a cabeza, le dijo: “porque sos así”.  Jossie le preguntó, y, ¿cómo soy según usted? La policía le respondió con cierto desprecio: “porque eres hombre y yo sólo reviso mujeres”. Jossie con total fortaleza señaló ¿usted me ve hombre y no ve cómo estoy vestida? Probablemente la situación se hubiese extendido de no ser por otro policía que sensibilizado en el contexto le pidió con respeto, permiso para revisarla.

“Quise hacer ese momento la denuncia por discriminación, pero ¿a quién? fui a la Defensoría del Pueblo, recibieron mi denuncia y ahora me queda hacer seguimiento sobre su avance”, señala Jossie, visiblemente afectada.

Cuando le preguntamos cómo llegó a formarse como lideresa de la DSG en Trinidad, ella afirma que fue por casualidad, sin embargo, aunque no lo reconozca, no fue la casualidad, sino el mérito de un camino avanzado por ella, donde el liderazgo siempre fue parte intrínseca de su vida. En 2006 ganó el concurso de “Miss Transformista Beni” y dentro del Colectivo una premisa a cumplir y es que la persona ganadora debe capacitarse en liderazgo para apoyar a sus pares. Jossie a través de la Red de Jóvenes “Tú decides” de CIES se enteró del desarrollo de talleres para la población TLGB y cuando asistió se enteró que, en el salón contiguo, había otro taller sobre liderazgo. Decidió ingresar y fue entonces cuando un mundo de posibilidades y oportunidades se abrió ante sus ojos. Desde su participación en esos talleres se animó a trabajar en varias organizaciones como el IDH, RedBol, Fundación Baker, Fundación Igualdad entre otras, hasta ser parte de diversas organizaciones locales y conformar una propia llamada “Identidad Diversa”. Posteriormente formó parte del Colectivo TLGB Bolivia, con el Colectivo TLGB Beni que alberga colectivos municipales de Riberalta, San Joaquín, Rurrenabaque, Santa Ana y recientemente Guayaramerín. Según Jossie, el apoyo del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) y otros organismos de NNUU fue fundamental para fortalecer las organizaciones locales.

Cuando le preguntamos su opinión sobre el cumplimiento de derechos, ella nos dice que pese a ser un país de avanzada en términos normativos, las situaciones de discriminación existen y, sobre todo, hacia la población trans donde no se le reconoce el derecho a la familia, a adoptar hijos, el derecho al trabajo hasta los derechos políticos. “¿Entonces qué se debe hacer?, ¿Me dejo llevar por lo negativo o sigo adelante? La respuesta es obvia, sigo adelante, estudiando, superándome personalmente porque considero que la única manera de salir de salir de la discriminación es estudiando”, afirma de manera contundente. “A veces siento que avanzamos tres pasos en normativas y retrocedemos cuatro. Pero eso no me detiene” señala la lideresa. “Ante una sociedad que nos sigue discriminando, la superación personal es importante.  Es lo que les digo siempre a mis compañeras quienes están terminando sus carreras en la Universidad”, afirma con esperanza.

DATOS BOLIVIA

• Según el “Informe de Derechos Humanos LGBTIQ+ en Bolivia 2021-2022”, realizado en el marco del Proyecto: Agenda de Exigibilidad 2020-2022 presentado por la ONG IGUAL[1], el 50% de las personas encuestadas fue víctima de discriminación en algún espacio debido a su orientación sexual e identidad de género (OSIEG), el 40% fue víctima de violencia por su OSIEG y el 80% prefiere no realizar una denuncia.
• Este mismo informe indica que el 75% afirman que las personas LGBTIQ+ no tienen acceso a la justicia, el 60% no cuenta con seguro de salud, el 40% no cuenta con una fuente laboral estable y el 37% prefiere no decir su OSIEG en su trabajo por miedo a perderlo.
• Por otro lado, el 30% afirma haber sufrido discriminación en el ámbito educativo, el 20% no ejerció su derecho al voto en las últimas elecciones, 1 de cada 10 tuvo problemas a la hora de votar debido a su OSIEG, el 30% considera que una persona LGBTI no puede participar libremente en la vida política.