Al borde de la Cordillera Central en el altiplano boliviano se sitúa Tinguipaya, un municipio potosino donde los habitantes, en su mayoría de habla quechua, se dedican a las actividades agropecuarias.
En este municipio donde existen 17 establecimientos de salud, despliega actividades Norma Veizaga, enfermera obstetriz comprometida con la promoción de la salud y la prevención de enfermedades. Norma estudió la carrera de enfermería en la Universidad Siglo XX en Catavi, Potosí. La decisión de estudiar esta carrera fue fortalecida a partir de su experiencia cursando la asignatura de salud sexual y reproductiva, donde abordó las consecuencias de la mortalidad materna y neonatal, así como la importancia del uso de métodos anticonceptivos para la planificación familiar, embarazo, parto, puerperio entre otros. Cada día para ella es una oportunidad de coadyuvar al país en la disminución de embarazos no intencionales y muertes maternas.
Cotidianamente inicia la jornada a las cinco de la mañana, para lograr el objetivo de llegar a comunidades donde es responsable de prestar el servicio.
Norma explica que en las poblaciones existen embarazadas de alto riesgo, que a veces no quieren realizar su control prenatal en el centro de salud. Es entonces cuando fluye en ella la pasión por el ejercicio de la enfermería obstetriz, pues realiza las acciones de sensibilización e información para convencer a las embarazadas sobre el valor que tiene el cuidado de su salud. “Esta carrera que elegí me llena de mucha satisfacción y me hace dar cuenta de lo importante que es mi trabajo” afirma mientras una sonrisa se dibuja en su rostro.
Aunque la relación del número de partos que se presentan y la luna llena es un mito, según Norma esta creencia popular es determinante en las comunidades y por eso concluye: “espero con un ojo abierto la luna llena porque estoy segura de que habrá varios partos y ojalá sin complicaciones maternas, ni neonatales”
Por otro lado, un desafío que Norma destaca es el de enfrentar, en algunos casos, la negativa de las gestantes y sus familias para ser referidas al servicio, ante la presencia de complicaciones obstétricas. En esos contextos complejos, Norma, al igual que sus colegas, ejercen procesos de comunicación e información valiosos, capaces de explicar y finalmente convencer sobre la imperiosa necesidad de acudir a instancias donde se brinda atención más especializada, para minimizar el riesgo que puede enfrentar la madre y su bebé.
El trabajo de Norma, en el domicilio de las embarazadas y en el servicio de salud es de alta responsabilidad, como, por ejemplo, realizar el seguimiento a las embarazadas con alto riesgo obstétrico, atender el parto al recién nacido, aportar con soluciones en casos de complicación obstétrica como la retención placentaria, referenciar si así corresponde y otras acciones relevantes.
Para ella, los lazos de confianza que se generan son fundamentales, pues aportan en lograr cambios efectivos en materia de salud sexual y reproductiva; pero también en fortalecer procesos de monitoreo constante.
Norma está convencida que la participación de los papás durante el embarazo, parto y postparto es fundamental porque propicia la corresponsabilidad y compromiso del hombre en el cuidado de la embarazada.
En su experiencia como enfermera obstetriz, recuerda el trabajo de parto de una gestante, donde promovió la participación del papá, quién pudo trabajar con su pareja en los ejercicios de respiración, los masajes, la caminata, el apoyo emocional y reconocimiento de los dolores que anticipan el parto. Al nacer su bebé, logró el primer contacto del papá con el hijo piel a piel.
“Cuando terminó todo este proceso, el papá me comentó que se había cansado y se dio cuenta de lo costoso que era dar a luz, pero al mismo tiempo, se sentía alegre y satisfecho porque le dio calor a su bebé inmediatamente después del nacimiento. Con esta acción logré que el hombre valore más a su pareja” afirmó Norma.
“Es nuestra responsabilidad y obligación acudir a la hora que sea cuando una embarazada se encuentra en labor de parto. Debemos dejarla con su bebé y su familia en estado saludable” señala Norma.
SSegún datos del Sistema Nacional de Información en Salud (SNIS) a nivel nacional en 2022 se registraron poco más de 35 mil embarazos, esta cifra muestra la importancia de seguir trabajando en el fortalecimiento de la calidad de los servicios de salud, así como en la prevención de las muertes maternas. En ese sentido, el trabajo de las enfermeras obstetrices, como Norma Veizaga es fundamental pues demanda paciencia, compromiso y conocimiento. Aquello que ella irradia cada día.