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Pablo Moya Saucedo trabaja en el Centro de Salud Integral a la Mujer en el municipio de San Pedro de Buena Vista, capital del Toro Tinku en el extremo norte Potosí desde hace 5 años. En la actualidad, “este municipio cuenta con casi 31 mil habitantes de los cuales más de 7 mil son mujeres en edad fértil y se espera durante este año atender alrededor de 700 partos” explica Pablo.

La decisión de estudiar enfermería se fortaleció por su interés en ayudar a la gente, sobre todo cuando veía a las embarazadas morir por complicaciones, o por falta de atención oportuna durante y después del parto. Cuando decidió estudiar esta carrera, no sabía que este trabajo era tan sacrificado, pero al mismo tiempo tan gratificante afirmó.

Hijo de don Eusebio Moya y doña Isabel Saucedo, Pablo nació en la localidad de Chiuta, provincia Bustillo en Potosí. Tras salir bachiller del “Colegio Nacional Mixto 24 de agosto”, decidió estudiar en la universidad Siglo XX subsede Pocoata.

Pablo ingresa a las comunidades desde muy temprano, algunas veces en ambulancia, pero mayormente lo hace en motocicleta, dependiendo si el lugar es accesible pues a veces los caminos suelen ponerse en mal estado debido a las lluvias. Cargado de su maletín camina por 4 horas para atender a embarazadas donde el objetivo es salvar vidas de mujeres y sus wawitas.

Las condiciones en las cuáles realiza su trabajo, demandan ser resiliente y estar preparado para tomar decisiones en situaciones complejas. Recuerda una oportunidad en la cual estaba en la comunidad de Callapus y había llovido intensamente, provocando la inundación de los caminos por lodo. El trabajo de parto de una paciente se complicó y era urgente trasladarla al centro de salud más cercano. Con ayuda de los comunarios trasladó a la paciente en una camilla readecuada y tuvieron que caminar casi 30 minutos hasta llegar a la ambulancia. Sin embargo, el parto se adelantó y Pablo tuvo que atenderla a orillas del río donde el bebé nació. A la par de ser momentos muy tensos, fueron llenos de emociones satisfactorias, afirma el enfermero obstetra.

Las anécdotas son diversas. En otra ocasión, atendió otro parto casi a las siete de la noche y cuando concluyó el trabajo, asegurando el buen estado de salud de la madre y el recién nacido, decidió marcharse, pero el rio había crecido por la intensidad de las lluvias. El caudal lo arrastró unos metros y estuvo a punto de llevarse la motocicleta. “Pude salir de milagro” afirma. Ya en su casa se dio cuenta que ese día también había salvado su vida.

Pablo señala que trabajar con las comunidades no es fácil ya sea por el clima, la distancia, los caminos en mal estado y sobre todo cuando no existe confianza por parte de la población.

Asimismo, reconoce que, siendo hombre, fue desafiante iniciar sus estudios en enfermería obstetriz. Ahora, afirma que varios colegas hombres trabajan como enfermeros en algunos municipios, sin embargo, todavía existen estereotipos que deben ser superados.

Pablo nos cuenta que un punto clave para generar confianza en las comunidades es organizar reuniones informativas con las autoridades y la población donde es importante la socialización del trabajo que se realiza en las visitas domiciliarias. Paralelamente él explica que realizar estos procesos hablando en quechua, es otro factor de éxito que permite generar confianza y diálogo para orientar sobre la salud y los derechos sexuales y reproductivos. Asimismo, el despliegue de las campañas organizadas durante el año sobre la atención de la mujer y el recién nacido, así como la prevención de cáncer de cuello uterino, prevención de la violencia sexual, uso de métodos anticonceptivos, constituyen acciones fundamentales.

Pablo está convencido que su trabajo está dando frutos, pues algunos hombres están cambiando, son más conscientes sobre la corresponsabilidad en el cuidado de la salud de las mujeres y participan más de las campañas con sus parejas.

“Se que mi trabajo no es ni será fácil, tampoco sé si estaré preparado para todo, pero de lo que sí estoy seguro es sobre mi compromiso con la salud de las mujeres de las comunidades… para eso he estudiado”, concluye.