Día Mundial del SIDA 

Declaración de la Directora Ejecutiva del UNFPA, Dra. Natalia Kanem

"Unámonos para seguir el camino correcto hacia el fin del SIDA"

El camino hacia un mundo libre de SIDA comienza y termina con los derechos humanos.

El derecho a contar con información precisa e imparcial. El derecho a ser tratado con dignidad y respeto. El derecho a sentirse seguro, sin importar quién eres o a quién amas.

Cumplir con estos derechos fundamentales ha llevado a avances notables en la lucha contra el VIH y el SIDA. Las nuevas infecciones por VIH han caído un 39%, pasando de 2,1 millones en 2010 a 1,3 millones en 2023. Sin embargo, entre aquellos aún en mayor riesgo de infección, las estadísticas muestran un patrón claro: la vulnerabilidad al virus es mucho mayor entre las personas que no pueden ejercer sus derechos y tomar sus decisiones.

Al menos la mitad de las personas con mayor riesgo de infección aún carecen de acceso a servicios de prevención, lo que vulnera directamente su derecho a la más alta calidad de salud. Entre este grupo se encuentran muchas de las personas más marginadas del mundo, incluidas las trabajadoras sexuales, las personas transgénero y los hombres que tienen sexo con hombres.

Las leyes discriminatorias empeoran las ya abrumadoras cargas derivadas del estigma social y las brechas en la atención. Las personas que temen sanciones legales o sociales que amenazan su seguridad e incluso sus vidas no pueden buscar libremente el apoyo que necesitan para la prevención del VIH, las pruebas, el tratamiento y la información, incluso cuando los servicios están disponibles.

Las mujeres y niñas tienen el doble de probabilidades de adquirir VIH y otras infecciones de transmisión sexual que los hombres y los niños. No debería sorprendernos en un mundo donde, según un estudio, el 44% de las mujeres no pueden tomar sus propias decisiones sobre mantener relaciones sexuales o buscar atención médica. Los riesgos de VIH aumentan cuando las mujeres siguen siendo marginadas por la pobreza y aterrorizadas por la violencia basada en el género. También es hora de trabajar más estrechamente con los hombres para abordar su renuencia a buscar atención médica, lo que sigue siendo una barrera significativa para los esfuerzos integrales de prevención y tratamiento del VIH.

Sumado a la resistencia a los derechos humanos en algunos países, todo esto ayuda a explicar por qué, a pesar de la reducción de infecciones en la última década, el progreso está estancado, y el mundo no está en camino de alcanzar su meta de menos de 370,000 nuevos casos para 2025.

Un camino guiado por los derechos humanos no solo es lo correcto; también es una forma eficaz de llegar a todas las personas que viven con VIH, que están en riesgo de contraerlo o que están afectadas por el VIH. Las personas empoderadas con información precisa, que saben que sus derechos serán protegidos y se sienten seguras al acceder a servicios de calidad, pueden tomar decisiones informadas sobre su salud sexual y reproductiva.

Es por eso que el UNFPA trabaja en asociación con gobiernos de todo el mundo para ayudar a los sistemas de salud a integrar los servicios de prevención, pruebas y tratamiento del VIH, particularmente para adolescentes, mujeres y poblaciones clave, en la atención rutinaria de salud sexual y reproductiva.

Este Día Mundial del SIDA, unámonos para seguir el camino de los derechos, el camino hacia una mayor dignidad humana y libertad de elección, y hacia el fin del SIDA.