Marzo 14 de 2012— Madre de 11 hijos, de familia de escasos recursos, luchadora de toda una vida. Además de las luchas sociales, vivió desde 1984 aquejada por un cáncer provocado por la extracción del útero y la matriz.
Su salud se vio también afectada por la tuberculosis y una embolia de pulmón, que más tarde derivó en cáncer de pulmón, convertido en la última de sus luchas.
De sus 11 hijos siete aun viven, uno de los 11 murió al nacer cuando Domitila se encontraba detenida, carente de ayuda y a consecuencia de una brutal golpiza propiciada por militares, quienes la detuvieron y golpearon arguyendo haber sido insultados.
Domitila Barrios de Chungara murió en Cochabamba el martes 13 de marzo. Tras 74 años de vida será recordada por ser una de las más importantes figuras de la lucha por el retorno a la democracia durante la dictadura del General Bánzer. En 1978, junto con otras 4 valientes mujeres, inició una huelga de hambre, medida pacífica que muy pronto se extendió y replicó hasta que nadie pudo detener el clamor democrático. En años previos, defendió la lucha contra la explotación laboral de mujeres mineras.
Domitila resistió 18 años de cuartelazos entre 1964 y 1982. Lideró durante ese tiempo al Comité de Amas de Casa de Siglo XX, organización que crearon las esposas de los mineros. Para ella, el cambio debía darse mediante la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, y proponía el acceso igualitario a la educación y al trabajo, propuestas que son plenamente compartidas por el UNFPA.
En 1975 Domitila participó en la Primera Conferencia Mundial de la Mujer realizada por Naciones Unidas en México, siendo la única mujer de clase obrera que asistió al evento.
Desde el UNFPA nos adherimos al dolor que embarga a la familia boliviana por la partida definitiva de tan ejemplar mujer. Admiramos su entereza y su incansable dedicación por los derechos de la mujer, la construcción de un país con mayor equidad y por su contundente papel al fortalecimiento de la democracia boliviana.
Será recordada por su incansable valor y dignidad, expresados en memorables frases como “Nuestro enemigo principal es el miedo. Lo tenemos dentro”.