Después de una emergencia o desastre, la respuesta humanitaria debe ser rápida y adaptada a las necesidades de la población afectada. Para promover y garantizar el cumplimiento de los derechos, particularmente de la población en situación de vulnerabilidad, se requiere visibilizar sus necesidades específicas, redoblando los esfuerzos para proteger su salud, su seguridad y sus derechos, además de reducir los riesgos a los que se ve expuesta.