México fue el corazón de un encuentro vital: El Simposio Regional Intercultural de las Américas sobre Salud Materna de Mujeres Indígenas. El evento, que tuvo lugar entre el 29 y el 30 de octubre, reunió a parteras tradicionales y profesionales de América Latina y el Caribe, unidas por un objetivo común: identificar las barreras que aún limitan el acceso de las mujeres indígenas a servicios de salud materna, tanto en el cuidado prenatal como en el posparto, para proponer acciones que permitan superar las mismas.
Una herencia de sabiduría ancestral
Entre las asistentes al evento se encontraba Ana Choque, una mujer cuyo nombre resuena con respeto y admiración en el mundo de la partería en Bolivia. Con más de 45 años de experiencia, Ana no sólo es una partera, sino una guardiana de tradiciones. Desde niña, su abuela materna, doña Exalta, le enseñó a caminar por los senderos de la sabiduría ancestral, curando y acompañando a mujeres embarazadas en la provincia Loayza, en el municipio Luribay, en el departamento de La Paz.
A sus 8 años, Ana ya era el bastón de su abuela, brindándole apoyo en todo momento mientras recorrían largas distancias para atender partos. “Debe ser más de 4,000 partos los que yo he atendido”, dice con humildad, consciente de que su vida ha estado marcada por un solo propósito: salvar vidas.
En sus recuerdos, las enseñanzas de su abuela cobran vida: las hierbas y plantas locales que aliviaban los dolores, los rituales con K’oa, que pedían permiso a la Pachamama antes de cada parto. “Mi abuela decía que antes de comenzar, debíamos ofrendar a la Pachamama (Madre Tierra): azúcar, incienso, copal, grasa animal… todo debía estar en su lugar”. Esos rituales, entrelazados con su conocimiento de la medicina tradicional, son la base de su labor.
El manejo cuidadoso de la placenta, la lectura de sus señales, la relación con los ciclos de la luna, el uso de hierbas curativas… todo esto forma parte de un conocimiento profundo que se transmite de generación en generación, un saber que ha logrado mantenerse vivo incluso en el contexto de una medicina moderna que a veces ve con recelo esas prácticas.
La triste realidad de las "Demoras" en la salud materna
En Bolivia, las estadísticas de muerte materna llaman a la acción. Según Daniel Rojas, Responsable en Salud Materna del UNFPA en Bolivia, la hemorragia (37%), la hipertensión (12%) y las complicaciones por aborto inseguro (8%) aún se encuentran entre las principales causas directas de muerte materna, como destaca el Estudio Nacional de Mortalidad Materna Poscensal del 2011. Para Ana esas cifras son más que números o porcentajes; son historias de mujeres que no llegaron a tiempo a la atención médica. Rojas enfatiza que la articulación entre la Medicina Tradicional y la Biomedicina es esencial para abordar la compleja problemática de la mortalidad materna en Bolivia. La colaboración entre ambos sistemas puede ofrecer un enfoque más inclusivo y efectivo para mejorar la salud materna, permitiendo que las mujeres accedan a una atención más completa y culturalmente sensible: “Este esfuerzo requiere un compromiso conjunto sensible a la cultura entre profesionales de la salud, comunidades y parteras para avanzar hacia una maternidad segura y saludable para todas las mujeres bolivianas” afirma Rojas.
Ana, quien ha vivido de cerca la tragedia de la muerte materna, sabe que muchas veces la vida de una mujer puede depender de una decisión tomada a tiempo. “Muchas veces, aunque las señales de peligro están claras, la familia se resiste a llevar a la mujer a un centro de salud. Es difícil, porque las normas sociales, las creencias, las presiones familiares… todo eso se convierte en una barrera.”
“Lo veo todos los días: el esposo, las suegras, los familiares… a veces dicen que no es necesario, que siempre ha pasado, que es ‘normal’. Pero yo les digo: ‘Es tu cuerpo, eres la madre, tú decides’”. Esta falta de empoderamiento de las gestantes es una de las mayores dificultades que enfrenta Ana en su trabajo, junto a la distancia: en lugares remotos como Ixiamas, al norte de La Paz, se debe viajar horas en moto o a caballo para poder atender a una mujer embarazada. “Eso retrasa todo. Y a veces, cuando llegamos, no hay lo que necesitamos". Para Ana esto es una lucha constante.
Un puente entre dos mundos: Medicina Tradicional y Moderna
Actualmente, Ana combina sus saberes ancestrales con la medicina moderna en su labor en el Hospital Boliviano Japonés de El Alto. “Lo que hago es coordinar. Muchas mujeres no quieren que el médico las atienda por el trato que reciben. Y yo trato de explicarles que podemos trabajar juntos”. Para Ana, el trabajo conjunto entre la medicina tradicional y la académica es crucial para una atención integral exitosa.
Alianzas para el cambio
Ana también lidera la Asociación de Parteras y Parteros de La Paz, un colectivo de más de 180 parteras en la región. “Antes éramos invisibles, no éramos reconocidas. Sufríamos discriminación. Pero ahora, aunque nos hemos ganado un lugar, todavía hay mucho por hacer.” La clave, según ella, está en la unidad. “Organizarnos, hacer alianzas, es la única forma de hacer fuerza y cambiar las cosas.”
Este espíritu de colaboración la llevó a presentar sus experiencias en el Simposio Regional de México. Allí, compartió con parteras de toda la región y con profesionales de la salud sus conocimientos, abogando por la integración de la medicina tradicional y académica. “Lo que aprendí en ese espacio de intercambio tiene mucho valor". En ese contexto Ana, junto a otras parteras, aportaron en la construcción de la propuesta de más de 20 recomendaciones para prevenir la muerte materna en la región.
Un legado de vida y esperanza
Ana Choque es mucho más que una partera. Es una embajadora de la vida, que, con humildad, transmite una sabiduría que ha salvado miles de vidas en Bolivia. Su historia es un testimonio de lucha, de resistencia, de un amor incondicional por las mujeres que acompañó en su travesía.
Gracias a mujeres como Ana, y a la cooperación entre parteras tradicionales, gobiernos, organismos internacionales y la sociedad civil, el futuro de la salud materna en América Latina y específicamente en Bolivia tiene hálito de esperanza.
Historia escrita por: Rigliana Portugal rportugal@unfpa.org