Patricia Choque siempre supo que la labor de una Trabajadora Social no se limita a las paredes de una oficina, sino que se extiende hasta los rincones más vulnerables de la comunidad. En su caso, ese ámbito es el Distrito 8 de la ciudad de El Alto, un lugar marcado por la diversidad y el crecimiento constante de su población, especialmente migrante. Patricia forma parte de la Red de Salud Senkata, donde desempeña un papel esencial en la promoción de la salud integral y el bienestar de sus habitantes. Sin embargo, los desafíos eran y siguen siendo enormes.
En 2014, el Distrito 8 se encontraba en una situación alarmante: no existía un espacio de atención integral y diferenciada para adolescentes. Aquellos jóvenes que, en su mayoría, migraron desde el campo buscando un futuro mejor, no contaban con recursos ni información adecuada sobre su salud. Los centros de salud existentes, aunque importantes, eran insuficientes ante el rápido crecimiento demográfico. Con solo seis establecimientos de primer y segundo nivel, la capacidad de atención era limitada y no alcanzaba para cubrir las necesidades de una población en constante expansión.
Patricia recuerda cómo, a pesar de los esfuerzos, la situación era especialmente crítica en lo que respecta a los adolescentes. “Había un miedo constante entre los jóvenes. El hablar de sexualidad, de salud reproductiva, de derechos, era un tema totalmente tabú. No se sentían cómodos ni seguros de acudir a los centros de salud. El temor era palpable”, afirma Patricia. Este sentimiento de vergüenza y la falta de espacios seguros para hablar sobre estos temas no solo afectaba a los jóvenes, sino también a los padres y madres, quienes a menudo no sabían cómo abordar estas conversaciones.
Fue en este contexto donde Patricia sintió que debía hacer algo más. Su compromiso con la salud y el bienestar de los adolescentes fue más allá de su trabajo habitual. Decidió involucrarse directamente en la creación de un cambio, en la promoción de espacios donde los jóvenes pudieran recibir información confiable y profesional sobre salud sexual y reproductiva, sin miedo al estigma.
"Comenzamos a organizar reuniones con padres y madres de familia, con Juntas Vecinales, con los Comités Locales de Salud, ONG, e instancias que tuviera interés en contribuir al fortalecimiento de la salud integral", comenta Patricia. “No fue fácil. Había una resistencia natural por parte de muchos padres, que temían que hablar de estos temas podría incentivar comportamientos irresponsables entre sus hijos. Les costó entender la importancia de brindarles la información necesaria para que pudieran ejercer sus derechos sexuales y reproductivos de manera informada y responsable.”
A pesar de las dificultades, Patricia no se detuvo. Su trabajo de sensibilización comenzó a dar frutos. Gracias a la coordinación entre autoridades de salud, instituciones comunitarias y organizaciones internacionales, la idea de crear un espacio especializado para los adolescentes tomó forma. Fue así como nació el Servicio de Atención Integral del Adolescente - AIDA, un proyecto clave en la Red de Salud Senkata.
“La construcción del espacio fue un proceso largo, pero valió la pena. Con AIDA, los jóvenes no solo reciben atención médica, sino también psicológica y odontológica. Además, brindamos información constante sobre salud sexual y reproductiva, prevención de embarazos e infecciones de transmisión sexual. Este servicio ha sido fundamental para la prevención de embarazos adolescentes, que era un problema latente en la comunidad”, relata Patricia con satisfacción.
Actualmente, los centros de salud de San Francisco, Ventilla y Mercedes cuentan con el servicio AIDA. Gracias a este proyecto, los adolescentes tienen un lugar donde pueden acceder a atención integral, informarse y ejercer sus derechos sin temor. Estos servicios no solo han logrado disminuir la desinformación, sino que también han contribuido a la mejora de la salud y el bienestar de los jóvenes, empoderándolos para que puedan tomar decisiones informadas sobre su vida y su salud.
“Ver cómo los adolescentes comienzan a entender la importancia de cuidar su salud, cómo ejercen sus derechos y cómo se sienten más seguros al acudir a un centro de salud, es lo que me da fuerzas para seguir adelante”, comenta Patricia, orgullosa de los avances logrados.
El proyecto “Promoviendo la igualdad de género para el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos de adolescentes en Bolivia (2021-2025)”, financiado por la Agencia de Cooperación Internacional de Corea - KOICA e implementado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas - UNFPA, ha sido fundamental para darle vida a este sueño. Con el apoyo de estos aliados, Patricia y su equipo han logrado transformar un sueño en una realidad tangible, que continúa mejorando las vidas de muchos jóvenes en El Alto.
El trabajo de Patricia Choque es un claro ejemplo de cómo la pasión, la determinación y la colaboración pueden superar los obstáculos más grandes. Su historia no solo refleja el esfuerzo de una Trabajadora Social, sino también el poder de la comunidad en la lucha por el acceso a una salud integral y libre de estigmas para todos.
Historia escrita por: Rigliana Portugal rportugal@unfpa.org
