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Mayo de 2012Tras una semana luchando por su vida debido a una brutal agresión sufrida frente a su domicilio el domingo día 29 de abril, fallecía la Dra. Lilian Calderón viuda de Zamora, Asesora del UNFPA Bolivia en Salud Materna.

Fue una luchadora incansable para mejorar la salud pública de Bolivia y una abogada de la causa de las mujeres.  El UNFPA tuvo la enorme suerte de poder contar con Lilian en su equipo de manera continuada desde finales del 2008, cuando se incorporó para hacerse cargo del proyecto de capacitación de enfermeras obstetrices.  Sin embargo su relación con el UNFPA se inició en 1988, cuando asumió la Coordinación del Programa de Salud Sexual Reproductiva en Chuquisaca, luego de un paréntesis, retorna para ser parte del Proyecto de Bi-Alfabetización Quechua-Castellano, la capacitación de enfermeras obstetrices, el Proyecto de Aseguramiento de Insumos de Anticoncepción y todo lo concerniente a nutrición de la mujer gestante,  en el marco de la Ventana ISAN.

En su paso por la política como Senadora (2002 a 2005), fue persona clave para la aprobación del SUMI y para defender, el Proyecto de Ley de Derechos Sexuales y Reproductivos.  Participó de la Mesa de Maternidad y Nacimiento Seguros impulsando el diálogo y la concertación entre los/as participantes, para asegurar que ninguna mujer muera dando vida.  Lilian ha sido un puntal para el trabajo de UNFPA en Bolivia y para avanzar en los derechos de las mujeres en el país.  Siempre defendió la causa de las personas más desfavorecidas, especialmente de las mujeres indígenas rurales.

Polifacética profesional, fue Senadora de la República, Docente Universitaria, Médica, Abogada, nos deja un ejemplo de perseverancia para continuar su lucha incansable por un mundo mejor.  Hablar de Lilian Calderón, es hablar de los derechos de las mujeres, de los/as adolescentes y jóvenes, de la salud materna; con un compromiso inquebrantable por los derechos sexuales y reproductivos y la salud pública.  Su incansable lucha por reducir la mortalidad materna y neonatal, por avanzar la causa de la mujer indígena - rural, por los servicios de atención diferenciada a adolescentes, permitieron lograr -entre otras cosas- que Chuquisaca fuera un modelo en la vigilancia epidemiológica de la mortalidad materna.

Lilian fue una gran colega, una gran amiga y, ante todo, una persona inmensa en su generosidad, en su dedicación, en la amistad que profesaba a todos y todas quienes la rodeaban; y en su alegría de vivir.  Su vitalidad y su pasión siempre la acompañaron y quedan hoy como un recuerdo indeleble de alguien que lucho siempre y hasta el final por un país mejor y un mundo mejor desde sus varias posiciones.

Hoy todos y todas sentimos una profunda e irreparable tristeza por su partida.  Nos quedan los valores y las causas que ella siempre defendió, su compromiso con los más desfavorecidos y nos queda su pasión y su alegría de vivir como guías.

Descanse en paz.