Hoy, en el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, el UNFPA rinde homenaje a los trabajadores de ayuda humanitaria que arriesgan sus vidas para salvar las vidas de los demás. En los últimos 10 años, esos trabajadores de asistencia han estado sometidos a crecientes tensiones y esforzándose por ofrecer asistencia y apoyo a personas y comunidades afectados por las crisis.
Desde enero, el UNFPA ha respondido a múltiples emergencias, entre ellas, los devastadores terremotos en Haití y Chile, el conflicto en Kirguistán y las inundaciones en el África occidental y el Pakistán. Dado que durante esas crisis, las mujeres siguen quedando embarazadas y dando a luz, tratamos de proporcionar servicios de salud reproductiva, porque ninguna mujer debería morir al dar a luz. Junto con otros copartícipes, el UNFPA trata de velar por la maternidad sin riesgo, prevenir la infección con el VIH, combatir la violencia por motivos de género y responder a ella.
La protección del derecho a la salud sexual y reproductiva es fundamental para la seguridad humana y para la asistencia humanitaria y de desarrollo. Así como una buena labor de asistencia humanitaria prepara el camino para la recuperación y la estabilidad, las buenas obras de desarrollo fomentan comunidades fuertes, además de infraestructuras e instituciones sólidas, para crear resilencia y mitigar los efectos de las crisis cuando éstas ocurren.
Hoy, mis colegas y yo exhortamos a que se proporcione mayor protección y más respeto a los trabajadores de ayuda humanitaria. También exhortamos a entablar una cooperación más estrecha entre quienes se ocupan de la asistencia humanitaria y quienes trabajan en pro del desarrollo, a fin de promover la seguridad humana y defender la dignidad de las personas en todas las etapas de la crisis, la respuesta, la transición y la recuperación.
Hoy felicito a todos los colegas que han trabajado con sumo empeño brindando apoyo a personas y comunidades en situaciones de emergencia y rindo homenaje a todos los colegas que han perecido mientras cumplían con su deber de asegurar el socorro humanitario.
Hoy, en el Día Internacional de la Juventud, y todos los días, los jóvenes están a la búsqueda de oportunidades para alcanzar y plasmar sus sueños. Hay en el mundo más de 1.800 millones de personas de entre 10 y 24 años de edad que anhelan un mundo donde puedan tener conocimientos, aptitudes y oportunidades para desarrollar plenamente su potencial.
Aun cuando muchas personas dicen que los jóvenes encarnan el futuro, es hora de que aceptemos su liderazgo, hoy mismo. Los jóvenes son líderes naturales. Están liderando la revolución para prevenir el VIH, con tasas de prevalencia en disminución entre los jóvenes en 15 de los 21 países africanos más afectados por el SIDA. Los jóvenes están liderando el uso de nuevas tecnologías para establecer redes, ser creativos y expresar sus aspiraciones de cambio. Están cuestionando los tradicionales papeles de género y están preparando el camino para la equidad y la igualdad en el siglo XXI.
Pero, si bien hay buenas perspectivas, también hay peligros. Actualmente, más de la mitad de los jóvenes están sobreviviendo con menos de dos dólares diarios, en medio de la pobreza. Hay unos 100 millones de adolescentes que no asisten a la escuela. Cada año, 15 millones de niñas adolescentes dan a luz; y un 40% de todas las nuevas infecciones con el VIH ocurren entre jóvenes de 15 a 24 años de edad. En todas las regiones del mundo, el desempleo de los jóvenes es alto y muchos de ellos son víctimas de explotación y violencia.
La triste verdad es que hay demasiados jóvenes que crecen teniendo pocas oportunidades y tratando de mantener vivas sus esperanzas para el futuro. Los jóvenes, especialmente las niñas adolescentes, siguen marginados y padecen la violación de sus derechos humanos. En momentos en que conmemoramos el Día Internacional de la Juventud, es hora de renovar nuestros esfuerzos para que se asigne prioridad a la juventud.
En el UNFPA, Fondo de Población de las Naciones Unidas, estamos promoviendo la participación y el liderazgo de los jóvenes. Estamos apoyando cursos en que se impartan aptitudes para la vida, y también promovemos el acceso universal a servicios de salud sexual y reproductiva, así como de prevención y tratamiento del VIH, y de atención y apoyo para los jóvenes. Y estamos esforzándonos por ampliar los medios de acción de las jóvenes, incluidas las adolescentes, y por prevenir la violencia por motivos de género.
Hoy, al conmemorar el Día Internacional de la Juventud, en vísperas de la celebración de la Conferencia Mundial de la Juventud en México, exhorto a los responsables políticos a que respondan a las necesidades de los jóvenes. Exhorto a los gobiernos a que entablen diálogos significativos con los jóvenes, para llegar a una comprensión mutuamente compartida de la manera de abordar conjuntamente los problemas de desarrollo que estamos enfrentando. Establezcamos una asociación entre distintas generaciones para dar cumplimiento a la promesa de la Declaración del Milenio y los Objetivos de Desarrollo del Milenio en cuanto a crear un mundo donde reinen la paz y la justicia.