Gabriel Ticona Calamani es médico cuya vocación ha estado marcada por un profundo sentido humanista y humanitario. Desde joven, eligió la medicina con el firme propósito de salvar vidas y brindar bienestar a quienes más lo necesitan. Hoy, trabaja en el servicio de Atención Integral de Adolescentes - AIDA del Centro de Salud de Alto Lima IV Sección de El Alto en La Paz, Bolivia, donde pone en práctica su compromiso con la salud y los derechos de las y los adolescentes.
“Trabajar en el AIDA te llena de energía y satisfacción. Te inyecta juventud estar en un espacio amigable y confiable, donde los adolescentes vienen y desean ser informados sobre su salud sexual y reproductiva”, comparte Gabriel con entusiasmo. Este servicio, que ofrece atención integral a jóvenes, se convierte en un refugio donde los adolescentes encuentran el apoyo necesario para resolver sus dudas en un entorno seguro y cercano.
El proyecto “Promoviendo la igualdad de género para el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos de adolescentes en Bolivia (2021-2025)”, financiado por la Agencia de Cooperación Internacional de Corea - KOICA e implementado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas - UNFPA, tiene como objetivo fortalecer servicios como el AIDA, así como los Gabinetes de Atención Integral a Estudiantes - GAIE. Estos servicios ofrecen atención gratuita a adolescentes en el marco del Sistema Único de Salud - SUS, garantizando la calidad y cobertura necesaria.
En 2024, 115 centros de salud y hospitales de segundo nivel en Bolivia recibieron la certificación del Ministerio de Salud y Deportes por cumplir con más del 80% de los estándares de calidad en atención a adolescentes, un logro que ha impactado positivamente en la salud de miles de jóvenes.
El servicio AIDA se caracteriza por su confidencialidad y su flexibilidad. Los adolescentes pueden acceder a atención médica en horarios diferenciados que se ajustan a sus responsabilidades familiares y escolares. Gabriel resalta la importancia de estos aspectos: “Atender a jóvenes y adolescentes implica responsabilidad, compromiso y, sobre todo, entender que no solo estamos para sanar dolencias, sino para brindar una atención integral. Y para ello, el relacionamiento entre salud y educación es clave”.
Desde la perspectiva de Gabriel, la familia juega un papel fundamental en la construcción de confianza. Los padres y madres deben ser los primeros en generar un vínculo de confianza con sus hijos e hijas. Después, la escuela se convierte en un espacio crucial, donde los adolescentes pasan gran parte de su tiempo y deben recibir la orientación adecuada por parte de sus profesores, quienes tienen la responsabilidad de generar un ambiente de diálogo y educación sobre salud.
“Es fundamental trabajar de forma coordinada y en red, entre la familia, la escuela y los servicios de salud, para informar y prevenir principalmente la violencia sexual y los embarazos a temprana edad. Eliminar los tabúes es un paso clave al explicar qué son los métodos anticonceptivos”, afirma Gabriel.
Para él, los Derechos Sexuales y Derechos Reproductivos de las y los adolescentes deben ser escuchados y respetados en todo momento. Su experiencia en el servicio AIDA le ha mostrado que una acción coordinada e integral entre salud y educación es la clave para avanzar hacia una sociedad más igualitaria. Como él mismo dice: “Solo trabajando juntos, salud y educación, podemos garantizar un mejor presente y futuro, para nuestros adolescentes y jóvenes, donde sus derechos sean defendidos y promovidos”.
Historia escrita por Rigliana Portugal rportugal@unfpa.org